Muchas etapas concluidas y terminadas con éxito. Muchos sentimientos encontrados en el camino y otros que siguen rondando.
Gente especial que fueron apareciendo en el trayecto y que permanecerán ahí hasta que Aquél diga que ya no hay tiempo.
¡Cuán agradecido estoy por todo ello!
El camino no ha sido plenamente llano, también han habido asperezas que han tomado su tiempo para limarse, tanto con personas como también con la misma conciencia.
Uno de los mejores tiempos de crecimiento que he pasado, en uno de los mejores momentos de mi vida, conociendo a la mejor gente, en el mejor tiempo, en el mejor lugar.
Extrañaré a muchos de aquellos que dejé atrás por cambios, por travesías, por etapas, pero no significa que he de perderlos, sino que sólo no los veré por un pequeño instante.
La guía obtenida no tiene precio. Esa inquebrantable Liahona sigue siendo mi patrón hoy en día. No cambia, no se corrompe, no se gasta ni se marchita, mas bien, permanece como fiel estaca: inamovible y firme ante las inclemencias.
El reencuentro con mis seres queridos fue lo mas hermoso del trayecto, pero al mismo tiempo, el dejar de ser quien amaba ser, el dejar atrás a otra gente que amo y alejarme de otros, fue lo mas doloroso. Amigos, familiares, me brindaron la oportunidad de volver a ser parte de sus vidas, mientras que yo solo me limito a esperar que me dejes ser parte de la tuya.
Esto me lleva a ti. El sol día a día vuelve a ver su reflejo en el interminable mar, mas yo sólo anhelo reflejarme en tu arco iris y perderme en tu mirada, pero hallo mi consuelo en la esperanza de volverte a ver al renacer el sol.
Nuevos días, nuevos mundos, nuevas oportunidades. Se cierra un ciclo exitoso y lleno de emociones, para poder comenzar uno nuevo y pintarlo de los colores que tus manos me entreguen.
Cada día, en algún lugar se abre una nueva oportunidad de pintar ese futuro. Te veo, no lo niegues. Te oigo, no lo invento. Deseo abrazarte, no te miento.
El lienzo está preparado. ¿Dónde guardas los pinceles? Estoy listo para pintar el castillo que elegiste para vivir. Esa será nuestra morada. No te preocupes por tu reloj, ahora es el nuestro el que corre.
*"Nunca es demasiado tarde en tanto que el Maestro de la viña diga que hay tiempo", Elder Holland
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