Tuesday, June 6, 2023

A last psalm

 Oh, bench! My beautiful and beloved bench!

Has presenciado cientos de historias; inicios, finales, siempre has estado allí. 
La historia es siempre la misma, los protagonistas no. 

Tu sabiduría yace en cada marca, en cada desgaste, en cada mancha. 
¡Oh, querida banca! Si tan solo hubieses podido contarles a los actores como seguirían sus historias, cuántas flores habrían evitado su caída. 

Últimamente, los días han sido duros contigo, puedo verlo. 
Las estaciones no han sido tus mejores aliadas, ni la solitaria estadía actual pudo apaciguar el paso del tiempo.

El rojo era tu color, pero al igual que el otoño, tus hojas se han desgastado y marchitado. 
Las marcas siguen ahí, aún puedo verlas. Ese sutil cariño permanece; el aroma no cambia; la nostalgia sublime de ese "hola"; ese silencioso adiós aún deteriora tu borde. 

¡Oh, banca, querida banca! Si tan solo el tiempo pudiera contarte todas las historias. 
Si tan solo pudieras saber la verdad. No, no puedo abrir mi boca y decir todas las palabras que han sido pronunciadas fuera de tus límites. 

¿Cómo han podido ocurrir semejantes situaciones, oh mi querida banca?
¿Serías tú quien me iba a devolver la paz y la sombra que han dejado de mostrarse?
¿Serías tú quien me ayudaría a recordar la promesa que una vez se hizo en tu presencia?
¡Oh, preciado árbol! ¿Me cubrirías nuevamente con tu frondoso manto de calidez?

Si tan solo supieras lo que fue ese segundo en el que no hubo dudas; en el que no hubo malicia, solo paz e inocencia. Si tan solo supieras.

¿Dónde estás, deseo? ¿Dónde estás, amor? ¿Dónde se han ido las esperanzas que una vez se anidaron y que vieron nacer lo impensable?

Deseo volver, pero me aterra el pensamiento de no recordar cada segundo vivido, cada expresión. Me acobardo ante la idea de que su nombre ya no esté escrito entre tus marcas y que mis manos hayan olvidado el sentimiento de ese tablón. 
La he dejado ir; logré que el tiempo cicatrizara mis dudas, pero mi corazón sigue perteneciendo. 

¡Oh, sutiles e imperceptibles notas! ¡Oh, tiernos pajaritos! ¿Cuándo volverán a bendecir con aquella bella y celestial melodía los pensamientos y anhelos de tus más fieles oyentes?

Si tan solo el tiempo hubiese permanecido detenido como en aquel instante, hoy los colores serían otros. 

Algún día volveré a verte y te contaré la verdad... solo espero que mi testigo pueda confirmar mi versión. 


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